Deja que el Señor te moldee

En nuestras vidas, a menudo enfrentamos desafíos, dudas y momentos de incertidumbre, pero recordemos siempre que nuestro Señor está con nosotros en cada paso del camino. Él nos moldea, nos guía y nos fortalece para cumplir su voluntad.
Desde el momento en que fuimos concebidos en el vientre de nuestra madre, Dios ya tenía un plan para nosotros (Jeremías 1:5). Él nos creó a su imagen y semejanza (Génesis 1:27) y nos ha dotado con dones y talentos únicos para servirle y glorificarle en todo lo que hacemos.
Así como una fábrica de carros Tesla construye cuidadosamente cada automóvil con precisión y excelencia, Dios nos está formando a cada uno de nosotros con amor y dedicación. Él nos ha dado libre albedrío para elegir nuestro camino, pero nos llama a entregar nuestras vidas a Él, como el algodón que se pone en un oso de peluche, permitiendo que Él nos moldee según su voluntad.
¿Cómo podemos dejar que Él nos procese?
1. Ser plantados: Al igual que un árbol plantado junto a corrientes de agua, debemos arraigar nuestras vidas en la Palabra de Dios. Meditar en su ley día y noche nos fortalecerá y nos permitirá dar frutos en su tiempo.
2. Echar raíces: Necesitamos profundizar nuestras raíces en la fe, fortaleciendo nuestra relación con Dios a través de la oración, la adoración y el estudio de su Palabra. Esto nos dará estabilidad en medio de las pruebas y tribulaciones.
3. Dar fruto a su tiempo: Confiamos en que Dios tiene un tiempo perfecto para todas las cosas (Eclesiastés 3:1). Cuando permitimos que Él nos moldee y nos guíe, daremos frutos que perdurarán y glorificarán su nombre.
Recordemos las palabras de Josué 1:9, donde Dios nos ordena ser fuertes y valientes, porque Él está con nosotros dondequiera que vayamos. No hemos sido dotados de un espíritu de timidez, sino de poder, amor y dominio propio (2 Timoteo 1:7). Por lo tanto, pongamos nuestra esperanza en el Señor, tengamos valor y animémonos mutuamente en la fe (Salmo 27:14).
Recordemos siempre que Dios tiene un propósito con cada uno de nosotros. Permitámosle que nos moldee, nos guíe y nos fortalezca para cumplir su voluntad. Seamos como árboles plantados junto a corrientes de agua, dando fruto en su tiempo y confiando en su perfecto plan para nuestras vidas.
Let the Lord Shape You

In our lives, we often face challenges, doubts, and moments of uncertainty, but let us always remember that our Lord is with us every step of the way. He shapes us, guides us, and strengthens us to fulfill His will.
From the moment we were conceived in our mother’s womb, God already had a plan for us (Jeremiah 1:5). He created us in His image and likeness (Genesis 1:27) and has gifted us with unique talents and abilities to serve and glorify Him in all that we do.
Just as a Tesla factory carefully builds each car with precision and excellence, God is lovingly and diligently forming each one of us. He has given us free will to choose our path, but He calls us to surrender our lives to Him, like the stuffing put into a teddy bear, allowing Him to shape us according to His will.
How can we let Him work in us?
1. Be planted: Just as a tree is planted by streams of water, we must root our lives in the Word of God. Meditating on His law day and night will strengthen us and allow us to bear fruit in His timing.
2. Put down roots: We need to deepen our roots in faith, strengthening our relationship with God through prayer, worship, and studying His Word. This will give us stability amid trials and tribulations.
3.Bear fruit in His time: We trust that God has a perfect time for everything (Ecclesiastes 3:1). When we allow Him to shape and guide us, we will bear fruit that endures and glorifies His name.
Let us remember the words of Joshua 1:9, where God commands us to be strong and courageous because He is with us wherever we go. We have not been given a spirit of fear, but of power, love, and self-discipline (2 Timothy 1:7). Therefore, let us put our hope in the Lord, be courageous, and encourage one another in faith (Psalm 27:14).
Always remember that God has a purpose for each of us. Let us allow Him to shape, guide, and strengthen us to fulfill His will. Let us be like trees planted by streams of water, bearing fruit in His time and trusting in His perfect plan for our lives.
