El Poder de la Resurrección

En medio de un mundo lleno de ruidos y distracciones, ¿quién reina en tu vida? Esta pregunta, aunque aparentemente simple, lleva consigo una profundidad insondable que requiere nuestra atención y reflexión. En Apocalipsis 19:6, se nos presenta una visión gloriosa de una multitud que proclama con una sola voz: "¡Aleluya! Porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina". Este versículo resalta la magnitud del poder y la soberanía de nuestro Señor, que se extiende sobre todas las cosas, desde nuestras finanzas hasta nuestras relaciones y nuestro trabajo.
Cuando reconocemos que Dios reina sobre nuestras finanzas, comprendemos que Él es el proveedor supremo, quien nos confía recursos para administrarlos sabiamente. Del mismo modo, cuando reconocemos que Dios reina sobre nuestros hijos, entendemos que son un regalo sagrado que Él nos ha dado para cuidar y criar conforme a su voluntad. En cada área de nuestra vida, ya sea en nuestro trabajo o en la iglesia, debemos reconocer la autoridad de Dios y permitir que Él guíe nuestros pasos.
Sin embargo, ser conscientes del reinado de Dios en nuestras vidas no es solo una cuestión de reconocimiento externo, sino que implica un proceso interno de formación espiritual. Dios nos llama a permanecer llenos del Espíritu Santo, a ser templos de su presencia en este mundo. Esto significa vivir en santificación, apartados para su gloria y no conformándonos a los patrones del mundo que nos rodea.
Para comprender el plan de Dios para nuestras vidas, es crucial entender que Él opera en ciclos y en orden. Desde la creación del mundo en siete días hasta el proceso de gestación de un bebé durante nueve meses, vemos cómo Dios trabaja de manera deliberada y cuidadosa en cada aspecto de su creación. Del mismo modo, nuestras vidas pasan por diferentes etapas y temporadas, desde la infancia hasta la vejez, cada una con su propósito y su significado en el plan divino.
En última instancia, reconocer el poder de la resurrección de Cristo implica someter nuestras vidas a su señorío y soberanía. Debemos caminar en sus caminos, confiar en su plan y rendirnos a su voluntad, sabiendo que en Él encontramos vida abundante y eterna. Que podamos vivir cada día bajo el reinado de Cristo, permitiendo que su amor y su gracia transformen cada aspecto de nuestras vidas y nos lleven a la plenitud de su propósito para nosotros. ¡Aleluya, Cristo reina hoy y por siempre!
The Power of the Resurrection

In the midst of a world full of noise and distractions, who reigns in your life? This question, though seemingly simple, carries an unfathomable depth that requires our attention and reflection. In Revelation 19:6, we are presented with a glorious vision of a multitude proclaiming with one voice: "Hallelujah! For the Lord our God Almighty reigns." This verse highlights the magnitude of the power and sovereignty of our Lord, which extends over all things—from our finances to our relationships and our work.
When we recognize that God reigns over our finances, we understand that He is the supreme provider who entrusts us with resources to manage wisely. Likewise, when we acknowledge that God reigns over our children, we realize they are a sacred gift He has given us to care for and raise according to His will. In every area of our lives, whether at work or in the church, we must recognize God’s authority and allow Him to guide our steps.
However, being aware of God’s reign in our lives is not just a matter of external acknowledgment but involves an internal process of spiritual formation. God calls us to remain filled with the Holy Spirit, to be temples of His presence in this world. This means living in holiness, set apart for His glory and not conforming to the patterns of the world around us.
To understand God’s plan for our lives, it is crucial to realize that He works in cycles and order. From the creation of the world in seven days to the gestation process of a baby over nine months, we see how God works deliberately and carefully in every aspect of His creation. Similarly, our lives go through different stages and seasons, from childhood to old age, each with its purpose and significance in the divine plan.
Ultimately, recognizing the power of Christ’s resurrection means submitting our lives to His lordship and sovereignty. We must walk in His ways, trust His plan, and surrender to His will, knowing that in Him we find abundant and eternal life. May we live each day under the reign of Christ, allowing His love and grace to transform every aspect of our lives and lead us to the fullness of His purpose for us. Hallelujah, Christ reigns today and forever!
